Sin demasiada ambigüedad, el escenario nos sitúa a la cabeza de un grupo de cuatro amigos en bancarrota que deciden emprender una carrera como mafiosos para llegar a fin de mes. Simple pero efectivo, este postulado choca todavÃa con el diseño bastante cuestionable de estos antihéroes, que fácilmente pueden ser descritos como millennials, hipsters o slappers (¿pleonasmos?). El más insoportable de ellos es sin duda Kevin, el hombre tatuado que se pasa el tiempo con el torso desnudo, aunque los binoculares de Eli y Neenah también luchan por convencer. Queda el personaje principal, que no tiene otro nombre que "el Jefe", y cuya apariencia andrógina será rápidamente cambiada por la mayorÃa de jugadores, ya que la herramienta de personalización permite crear el héroe que deseamos. Y en este punto el juego pega fuerte, porque las opciones son sumamente numerosas.
...este postulado todavÃa choca con el diseño bastante cuestionable de estos antihéroes, que fácilmente pueden ser descritos como millennials, hipsters o slappers (¿pleonasmos?).
Si estos últimos marcan necesariamente la casilla de la inclusividad (prótesis de brazos y piernas, "atributos" femeninos y masculinos que no se excluyen mutuamente, posibilidad de pegar la voz de una mujer a la de un hombre y viceversa...), empujan especialmente a la perfección al punto de autorizar una ausencia de simetrÃa en el rostro. Crear exactamente el personaje que tienes en mente aún requiere algo de tiempo y algo de talento, pero aquellos que tienen prisa o son menos talentosos pueden importar felizmente los jefes creados y compartidos por otros jugadores. Esta es una forma rápida y efectiva de jugar con un doble de Dwayne Johnson, Michael Jackson, The Joker, Aiden Pearce, Agent 47, Walter White, John Wick, Donald Trump o incluso Willy Wonka. La inmersión lleva un pequeño golpe, sobre todo porque es posible cambiar de aspecto en cualquier momento y a voluntad, pero serÃa impropio quejarse de ello, porque la saga de Saints Row es más conocida por sus delirios que por su realismo. Tenga en cuenta de paso que esta amplia personalización también se refiere, pero en menor medida, a las armas y los vehÃculos.
"¡DESPIÉRTAME, ANTES DE QUE NOS VAYAMOS!"
TodavÃa inspirado en la receta de GTA, como sus predecesores, el nuevo Saints Row tenÃa que ofrecer una ciudad llamativa e interesante. ¡Desde este punto de vista es más bien un éxito! Santo Ileso es una ciudad soleada, que alegremente toma prestado de Las Vegas en particular y del oeste americano en general. La atmósfera, por lo tanto, tiene acentos del Lejano Oeste moderno, y el juego no duda en llevar al lÃmite este rasgo de carácter, mediante la presencia de salones, cañones o atuendos de vaqueros. Sin embargo, no hay que temer la monotonÃa ni la monomanÃa, porque los diferentes distritos tienen cada uno su propia personalidad, lo que permite pasar en cualquier momento de una extensión desértica decorada con cactus a un centro urbano ultramoderno. Las diez estaciones de radio disponibles lo reflejan bastante bien, ya que también hay canales dedicados al rap, metal, música clásica, música country e incluso synthwave. Asimismo, las facciones enemigas son notablemente diferentes entre sÃ. Los chicos de Los Panteros son tipos grandes que buscan el contacto, los soldados de la empresa de seguridad Marshall utilizan armas e implantes tecnológicamente avanzados, y los Idols aportan diversión y colores neón a los enfrentamientos.
TodavÃa inspirado en la receta de GTA, como sus predecesores, el nuevo Saints Row tenÃa que ofrecer una ciudad llamativa e interesante. ¡Desde este punto de vista es más bien un éxito! Santo Ileso es una ciudad soleada, que alegremente toma prestado de Las Vegas en particular y del oeste americano en general.
Por otro lado, el número de bandas y arquetipos de soldados por banda no nos parece lo suficientemente elevado como para evitar cierta sensación de repetición en el tiempo. Hay que decir que el juego ofrece muchas misiones y actividades paralelas, por lo que puede ocupar durante largas horas. La receta de un mundo abierto lleno de cosas que hacer (cosas para coleccionar, cosas para fotografiar, objetivos para eliminar, desafÃos para completar en bucle, misiones secundarias, etc.) se aplica aquà al pie de la letra, aunque parece algo anticuado. Afortunadamente, el aspecto estrafalario de ciertas acciones ayuda a pasar la pÃldora y conduce a buenos momentos de grandes disparates, a pesar de la ausencia de un arma tan delirante y llamativa como el Penetrator de Saints Row: The Third, por citar solo uno. Un sistema de habilidades aún te permite activar algunos movimientos inusuales, como el puño en llamas o el expreso de piña (que consiste en agarrar a un enemigo, ponerle una granada en los pantalones y arrojársela a sus compañeros). La conducción de helicópteros, el traje de vuelo, la posibilidad de posicionarse en el techo de los automóviles para disparar y otras acrobacias también responden a la llamada.
EL SAINT-GLINGLIN
La novedad más importante de este episodio sin duda viene de la mesa Criminal Empire. Este último nos presenta un mapa de la ciudad en el que aparecen catorce solares vacÃos, que deberán ser ocupados por catorce empresas ilegales. Es posible colocar el negocio que quieras en la ubicación que quieras (es bueno), incluso si al final no cambia mucho el aspecto o las actividades de cada distrito (es menos bueno). Estas empresas pueden eventualmente recaudar un máximo de dinero de forma pasiva, pero para eso aún tendrás que completar un máximo de misiones relacionadas con cada actividad. Deshacerse de dudosos desechos tóxicos, recuperar food trucks dedicadas al narcotráfico o tirarse debajo de los autos para hacer reclamos falsos a los seguros son solo algunos ejemplos de lo que te espera. Este sistema de imperio criminal permite variar aún más las situaciones y es una de las buenas ideas del juego, que nos ofrece algunos destellos simpáticos, como este juego de rol de tamaño natural y deliberadamente barato, o esta misión que nos pide arruinar la puesta a punto de un coche, y que asà esconde de manera brillante un tutorial dedicado a la personalización de vehÃculos. Las animaciones de eliminación definitivas, que se activarán regularmente durante las peleas, son dinámicas y están bien organizadas, mientras que algunos efectos de iluminación, sombreado y humo volumétrico son bastante avanzados.
Pero los gráficos siguen siendo bastante clásicos en su conjunto (desde un punto de vista técnico), aunque la dirección artÃstica siempre duda entre el realismo y el caricaturesco, ¡y acaba recordándonos por momentos a los Sims (no, no es un cumplido)! Pero lo más bochornoso viene del final del tÃtulo, que hubiera merecido unos meses más de desarrollo. El festival de bugs y problemas técnicos presenta asà recortes permanentes (aparición repentina de ciertos elementos decorativos), cuelgues puros y duros, caracteres a veces fuera de lugar, scripts que no arrancan o incluso mensajes tutoriales que quedan permanentemente en el centro de la pantalla. El colmo se alcanza con el mensaje de error "no se puede iniciar el juego" que impide por completo a algunos jugadores (incluyéndonos a nosotros en demasiadas ocasiones...) ¡iniciar el juego! Como habrán comprendido, los nuevos santos no nos llevan realmente al paraÃso…